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Jan van Eden

bio - biography

Stories of our life in the foreign

Fidel Castro - La batalla de Cuito Cuanavale

 

  

The Cuban intervention was the decisive factor in garanteeing the sovereignty of Angola, assuring independence for South West Africa (which became Namibia in March 1990). It was also a significant contribution to the liberation of Zimbabwe and the disappearance of the odious apartheid regime in South Africa (Mandela, 1995).

 

Transcript of a text by Fidel Castro in his biography "biografia a dos voces" [Ignacio Ramonet, 2006]

 

Merecen especial reconocimiento los familiares de nuestros Inter-nacionalistas. Soportaron la ausencia con estoicismo, infundieron animo en cada carta, y evitaron mencionar dificultades y preocupaciones. Ejemplo cimero son las madres, hijos, hermanos y cónyuges de nuestros hermanos caídos. Sin excepción han estado a la altura del sacrificio supre­mo del ser querido. Supieron transformar su profundo dolor, ese que estremeció cada rincón de Cuba durante la Operación Tribute,6 en mas amor a la patria, en mayor fidelidad y respeto a la causa por la que conscientemente entrego la vida la persona amada.

En 1987 se produce una nueva ofensiva militar contra Angola. Sudáfrica vuelve a atacar.

Si. como es conocido, a finales de 1987 se produjo la ultima gran invasión sudafricana a suelo angolino, en circunstancias que ponían en peligro la propia estabilidad de esa nación. Por la fecha mencionada, Sudáfrica y Estados Unidos lanzaron el ultimo y más amenazador golpe contra una fuerte agrupación de tropas angolanas que avanzaba por terrenos arenosos en dirección a Jamba, en el limite sur oriental de la frontera de Angola, donde se suponía radicaba el puesto de mando de Jonás Savimbi, el jefe de la UNITA. Debo decir que siempre nos habíamos opuesto a esta ofensiva angolana contra Jamba si no se prohibía a Sudáfrica intervenir a ultima hora con su aviación, su poderosa artillería y sus fuerzas blindadas.

No era la única vez que habíamos discutido. Nosotros estábamos todos los años discutiendo: «No hagan esta ofensiva, no la hagan...», les decíamos a angolanos y a soviéticos, a los dos. En alguna ocasión lo conseguimos, pero eso era un ejercicio anual. Una de las ultimas veces &e cuando visite, para una Cumbre de los No Alineados, Zimbabue. Era una tarea difícil, porque ir a convencer al país donde esta aquella fuerza nuestra, y teniendo a aquellas adversarias, era una tarea diplomática complicada. Además, nosotros íbamos cumpliendo; pero habíamos puesto nuestro requisita, y explicamos lo que iba a ser.

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El Estado Mayor angolano no había seguido su recomendación. iQue hacen ustedes entonces ante la nueva agresión sudafricana?

En aquella ocasión, una vez mas, se repitió la conocida historia. El enemigo, sumamente envalentonado, avanzaba en profundidad hacia Cuito Cuanavale, antigua base aérea de la OTAN, y se preparaba para asestar un golpe mortal contra Angola. Alí no había ni un cubano, porque se les dijo: «En esa aventura no cuenten con nosotros». Ante el desastre creado, sin duda el mayor de todos en una operación militar en la que, como otras veces, no teniamos responsabilidad alguna, se producían desesperadas llamadas por parte del gobierno angolano pidiéndonos apoyo.

Figúrese en que estado anímico estaríamos nosotros con todos problemas previstos. Estábamos disgustados. Pero alí ya era que se huí Angola porque las tropas se retiraban, eso si con orden, porque ha alcanzado disciplina, pero estaban golpeadas, la moral por el suelo, dos de los tanques no caminaban.

Ustedes acabaron por acceder.        

En un esfuerzo titánico, pese al serio peligro de agresión militar que
también se cernía sobre nosotros aquí en la isla, la alta dirección politica
y militar de Cuba decidió reunir a las fuerzas necesarias para
un golpe definitivo a las fuerzas sudafricanas.

Nuestra patria repitió de nuevo la proeza de 1975. Un rio de unidades y medios de combate cruzo rápidamente el Atlántico y desembarco en la costa sur de Angola para atacar por el sudoeste en dirección a Namibia. Mientras tanto, 800 kilometres hacia el este, unidades selectas avanzaban hacia Cuito Cuanavale. Allí, en unión de las fuerzas angolanas que se replegaban, prepararon una trampa mortal a las poderosas fuerzas sudafricanas que avanzaban hacia aquella gran base aeria. Si ellos hubiesen tomado la base aérea, imagínese, los aviones llegando, suministrando.

  ¿Cuantos efectivos, en total, reunieron ustedes en Angola en esta misión?
           

Nosotros sabíamos muy bien lo que íbamos a hacer, y sin duda que iban a salir muy mal. Nosotros seguíamos varios principios. Primero: hay que

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ser lo suficientemente fuerte, o corres el riesgo de una derrota. Una derrota ahí ponía en riesgo la Revolución. Así que nosotros, todos esos anos que nos hemos estado jugando aquí nuestro propio proceso... Pero aquí, vencernos no podían. No, a nosotros solo podían matarnos ahí en Angola o en algún otro lugar de esos. Era mucho lo que estaba en juego, mucho mas de lo que algunos puedan imaginarse.

Segundo: decidir las guerras sin grandes batallas, como hicimos en la Sierra Maestra. Nosotros derrotamos la gran ofensiva de Batista en la Sierra con apenas algunas decenas de bajas mortales. Nuestra filosofía: mínimo de bajas. Ganar los combates con el mínimo de bajas. Y esa fi­losofia la seguimos al pie de la letra en Angola.

Esa vez se habían reunido 55.000 soldados cubanos en Angola. De ese modo, mientras en Cuito Cuanavale las tropas sudafricanas eran desangradas, por el sudoeste 40.000 soldados cubanos y 30.000 ango-lanos, apoyados aproximadamente por 600 tanques, cientos de piezas de artillería, 1.000 armas antiaéreas, y las audaces unidades aéreas de Mig-23 que se apoderaron del dominio del cielo, avanzaban hacia la frontera de Namibia, dispuestas a barrer literalmente a las fuerzas suda­fricanas que se acuartelaban en aquella dirección principal; a barrer, pero tiro a tiro y sin batallas campales, siguiendo, mas que nunca, nuestros principios.

Son muchas las cosas que podrían decirse de todos los combates e incidencias de aquella lucha. Fue una larga y compleja batalla, sin duda la mayor operación militar en que han intervenido fuerzas cubanas en toda la historia. Yo podría estar hablándole horas enteras del desarrollo de esa batalla, de la estrategia seguida, de decenas y decenas de incidentes Y anécdotas, pues lo tengo todo aun muy presente en la memoria. Algún día habra que escribir la historia completa de esa batalla.

En Cuito Cuanavale, las fuerzas sudafricanas conocen una importante derrota.

Si. Muy importante, yo diría que decisiva. La contundente victoria en Cuito Cuanavale, y sobre todo el avance fulminante de la potente agrupación de tropas cubanas en el suroeste de Angola, pusieron punto final a la agresión militar extranjera. El enemigo tuvo que tragarse su habitual prepotencia y sentarse a la mesa de conversaciones.

¿Cuál fue el resultado de esas negociaciones?

Aquellas negociaciones culminaron con los acuerdos de paz para el

 

 

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sudoeste de Africa, firmados por Sudáfrica, Angola y Cuba en la sede de la ONU, en Nueva York, en diciembre de 1988, y de ahi nuestra re-tirada de Angola, igual, en tres anos, metódica, organizada, hasta el ulti­mo hombre, dentro del cronograma trazado. Se les llamo negociaciones «cuatripartitas», porque en ellas participábamos de un lado de la mesa angolanos y cubanos, y del opuesto los sudafricanos. Estados Unidos ocupaba el tercer lado de la mesa, ya que fungía como mediador. En realidad, Estados Unidos era juez y parte, era un aliado del régimen del apartheid, le correspondía sentarse junto a los sudafricanos.

El jefe de los negociadores norteamericanos, subsecretario de Estado para Asuntos Africanos, Chester Crocker, durante anos se opuso a que Cuba participara. Ante la gravedad de la situación militar para los agresores sudafricanos, no le quedo mas remedio que aceptar nuestra presencia. En un libro7 de su autoría sobre el tema fue realista cuando, refiriéndose a la entrada en la sala de reunión de los representantes de Cuba, escribió: «La negotiation estaba a punto de cambiar para siempre. Aquel personero de la Administración Reagan sabia bien que con Cuba en la mesa de negociaciones no prosperarían la burda maniobra, el chantaje, la intimidación, ni la mentira.

Esa vez no sucedió lo que en Paris en 1898, cuando norteameri­canos y españoles negociaron la paz sin que estuviera presente la representación de Cuba, el ejercito libertador y el gobierno de Cuba en armas. Esta vez estaban presentes nuestras fuerzas armadas y la representación legitima del gobierno revolucionario de Cuba, junto al gobierno de Angola.

¿Con esos acuerdos, ustedes consideraron que se habia cumplido fi nalmente su mision en Angola?

Si. Sin duda alguna. La misión internacionalista estaba cabalmente cumplida. Nuestros combatientes iniciaron el regreso a la patria con la frente en alto, trayendo consigo únicamente la amistad del pueblo angolano las armas con que combatieron a miles de kilometres de su patria la satisfacción del deber cumplido y los restos gloriosos de nuestros hermanos caídos. Nuestros últimos soldados regresaron de Angola en mayo de 1991.

Su aporte resulto decisivo para consolidar la independencia de Angola, y para alcanzar la de Namibia en marzo de 1990. Fue, además, una contribución significativa a la liberación de Zimbabue, y también a la desaparición del odioso régimen del apartheid en Sudáfrica.

Nelson Mandela on the importance of the Cuban intervention

back to 1974 Angola

 

 

 

 

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