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El Estado Mayor angolano no había seguido su recomendación. iQue
hacen ustedes entonces ante la nueva
agresión
sudafricana?
En aquella ocasión, una vez mas, se repitió la conocida historia. El
enemigo, sumamente envalentonado, avanzaba en profundidad hacia Cuito
Cuanavale, antigua base aérea de la OTAN, y se preparaba para asestar un
golpe mortal contra Angola. Alí no había ni un cubano, porque se les dijo:
«En esa aventura no cuenten con nosotros». Ante el desastre creado, sin duda
el mayor de todos en una operación militar en la que, como otras veces, no
teniamos responsabilidad alguna, se producían desesperadas llamadas por
parte del gobierno angolano pidiéndonos apoyo.
Figúrese en que estado anímico estaríamos nosotros con todos problemas
previstos. Estábamos disgustados. Pero alí ya era que se huí Angola porque
las tropas se retiraban, eso si con orden, porque ha alcanzado disciplina,
pero estaban golpeadas, la moral por el suelo, dos de los tanques no
caminaban.
Ustedes acabaron por acceder.
En un esfuerzo titánico, pese al serio peligro de agresión
militar que
también se cernía sobre nosotros aquí en la isla, la alta dirección politica
y militar de Cuba decidió reunir a las fuerzas necesarias para
un golpe definitivo a las fuerzas sudafricanas.
Nuestra patria
repitió de nuevo la proeza de 1975. Un rio de unidades y medios de combate
cruzo rápidamente el Atlántico y desembarco en la costa sur de Angola para
atacar por el sudoeste en dirección a Namibia. Mientras tanto, 800
kilometres hacia el este, unidades selectas avanzaban hacia Cuito Cuanavale.
Allí, en unión de las fuerzas angolanas que se replegaban, prepararon una
trampa mortal a las poderosas fuerzas sudafricanas que avanzaban hacia
aquella gran base aeria. Si ellos hubiesen tomado la base aérea, imagínese,
los aviones llegando, suministrando.
¿Cuantos efectivos, en total, reunieron ustedes en Angola en esta misión?
Nosotros
sabíamos muy bien lo que íbamos a hacer, y sin duda que iban a salir muy
mal. Nosotros seguíamos varios principios. Primero: hay que
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ser lo suficientemente fuerte, o corres el riesgo de una derrota. Una
derrota ahí ponía en riesgo la Revolución. Así que nosotros, todos esos anos
que nos hemos estado jugando aquí nuestro propio proceso... Pero aquí,
vencernos no podían. No, a nosotros solo podían matarnos ahí en Angola o en
algún otro lugar de esos. Era mucho lo que estaba en juego, mucho mas de lo
que algunos puedan imaginarse.
Segundo: decidir las guerras sin grandes batallas, como hicimos en la Sierra
Maestra. Nosotros derrotamos la gran ofensiva de Batista en la Sierra con
apenas algunas decenas de bajas mortales. Nuestra filosofía: mínimo de
bajas. Ganar los combates con el mínimo de bajas. Y esa filosofia la
seguimos al pie de la letra en Angola.
Esa vez se habían reunido 55.000 soldados cubanos en Angola. De ese modo,
mientras en Cuito Cuanavale las tropas sudafricanas eran desangradas, por el
sudoeste 40.000 soldados cubanos y 30.000 ango-lanos, apoyados
aproximadamente por 600 tanques, cientos de piezas de artillería, 1.000
armas antiaéreas, y las audaces unidades aéreas de Mig-23 que se apoderaron
del dominio del cielo, avanzaban hacia la frontera de Namibia, dispuestas a
barrer literalmente a las fuerzas sudafricanas que se acuartelaban en
aquella dirección principal; a barrer, pero tiro a tiro y sin batallas
campales, siguiendo, mas que nunca, nuestros principios.
Son muchas las cosas que podrían decirse de todos los combates e incidencias
de aquella lucha. Fue una larga y compleja batalla, sin duda la mayor
operación militar en que han intervenido fuerzas cubanas en toda la
historia. Yo podría estar hablándole horas enteras del desarrollo de esa
batalla, de la estrategia seguida, de decenas y decenas de incidentes Y
anécdotas, pues lo tengo todo aun muy presente en la memoria. Algún día
habra que escribir la historia completa de esa batalla.
En Cuito Cuanavale, las fuerzas
sudafricanas conocen una importante derrota.
Si. Muy importante, yo diría que decisiva. La contundente victoria en Cuito
Cuanavale, y sobre todo el avance fulminante de la potente agrupación de
tropas cubanas en el suroeste de Angola, pusieron punto final a la agresión
militar extranjera. El enemigo tuvo que tragarse su habitual prepotencia y
sentarse a la mesa de conversaciones.
¿Cuál fue el resultado de esas negociaciones?
Aquellas negociaciones culminaron con los acuerdos de paz para el
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sudoeste de Africa, firmados por Sudáfrica, Angola y Cuba en la sede de la
ONU, en Nueva York, en diciembre de 1988, y de ahi nuestra re-tirada de
Angola, igual, en tres anos, metódica, organizada, hasta el ultimo hombre,
dentro del cronograma trazado. Se les llamo negociaciones «cuatripartitas»,
porque en ellas participábamos de un lado de la mesa angolanos y cubanos, y
del opuesto los sudafricanos. Estados Unidos ocupaba el tercer lado de la
mesa, ya que fungía como mediador. En realidad, Estados Unidos era juez y
parte, era un aliado del régimen del apartheid, le correspondía sentarse
junto a los sudafricanos.
El jefe
de los negociadores norteamericanos, subsecretario de Estado para Asuntos
Africanos, Chester Crocker, durante anos se opuso a que Cuba participara.
Ante la gravedad de la situación militar para los agresores sudafricanos, no
le quedo mas remedio que aceptar nuestra presencia. En un libro7 de su
autoría sobre el tema fue realista cuando, refiriéndose a la entrada en la
sala de reunión de los representantes de Cuba, escribió: «La negotiation
estaba a punto de cambiar para siempre. Aquel personero de la Administración
Reagan sabia bien que con Cuba en la mesa de negociaciones no prosperarían
la burda maniobra, el chantaje, la intimidación, ni la mentira.
Esa vez
no sucedió lo que en Paris en 1898, cuando norteamericanos y españoles
negociaron la paz sin que estuviera presente la representación de Cuba, el
ejercito libertador y el gobierno de Cuba en armas. Esta vez estaban
presentes nuestras fuerzas armadas y la representación legitima del gobierno
revolucionario de Cuba, junto al gobierno de Angola.
¿Con
esos acuerdos, ustedes consideraron que se habia cumplido fi nalmente su
mision en Angola?
Si. Sin
duda alguna. La misión internacionalista estaba cabalmente cumplida.
Nuestros combatientes iniciaron el regreso a la patria con la frente en
alto, trayendo consigo únicamente la amistad del pueblo angolano las armas
con que combatieron a miles de kilometres de su patria la satisfacción del
deber cumplido y los restos gloriosos de nuestros hermanos caídos. Nuestros
últimos soldados regresaron de Angola en mayo de 1991.
Su
aporte resulto decisivo para consolidar la independencia de Angola, y para
alcanzar la de Namibia en marzo de 1990. Fue, además, una contribución
significativa a la liberación de Zimbabue, y también a la desaparición del
odioso régimen del apartheid en Sudáfrica.
Nelson Mandela on the importance of
the Cuban intervention
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