Sin duda, los lectores de una publicación critica como "El Aragonés" sabrán apreciar las profundas y ácidas reflexiones que sobre el poder y sus abusos, y otras deformidades del comportamiento humano, asos propone en su pintura el artista holandés Jan van Eden. Su actual exposición en las salas de la Diputación Provincial muestra obras claves de las diferentes etapas de su dilatada carrera de más de cuarenta años. Obras que en su conjunto se sirven del leitmotiv de la figura humana, sometida a lo largo del tiempo a diferentes formulaciones expresivas,  que aso excluyen claras referencias formales a grandes maestros como Bacon, Picasso o Saura  para reclamar a través del lenguaje pictórico un mundo más humano, y denunciar los desajustes de una sociedad alienante que desde sus seculares nucleos de poder aplasta los derechos naturales del hombre, la integridad de la propia naturaleza y todo aquello que se le ponga por delante. Una visión pesimista y corrosiva habitada por todopoderosos banqueros "en majestad", políticos prepotentes, sádicas afroditas nórdicas. Reyezuelos de espacios opresivos o de gélidas ciudades, figuras imponentes que encarnan los aspectos más tenebristas del alma humana.